Este año desfilará a pie en la Parada Militar
Aspiro a ser jefa de mantenimiento de los F-16, dice la alumna de mecánica de mantención.
Le gustan los sistemas de navegación, de combustible e hidráulica a Andrea Ajata Daza, la única estudiante aymara de la Fuerza Aérea y que está a punto de graduarse en mantención de aeronaves.
Andrea deambula en el hangar de instrucción de la Escuela de Especialidades, entre aviones Mirage y helicópteros. Tiene poco tiempo porque debe ir a ensayar el desfile de la Parada Militar. Desde que entró a la escuela, hace casi dos años, ha escuchado más de algún piropo por sus ojos.
Su papá tiene origen aymara. Él es de Belén, un pueblo altiplánico ubicado a 77 kilómetros de Putre, pero se mudó a Arica y allí hizo su familia e instaló una empresa de radiotaxis. Andrea, desde chica, lo ayudaba a arreglar autos porque le gustan las tuercas.
«Mi mamá no me creyó cuando le dije que iba a ser mecánico de aviones. Me vine a Santiago y me va bien en la escuela. Mi familia está orgullosa», cuenta Andrea, quien debió pedir permiso a la FACh para pololear con un compañero.
En diciembre logrará el grado de cabo y se marchará a Iquique, donde comenzará un proceso de especialización que parte con inglés intensivo, para llegar a meterse entre los cables y tuercas de los poderosos F-16, los aviones más modernos de la Fuerza Aérea.
«Los F-16 son tecnología de punta. No todos trabajan en ellos y yo aspiro a ser jefa de mantenimiento de estos aviones. Si uno trabaja en un F-16 se cree la muerte», cuenta risueña.