La animadora de Viajando ando disfrutó en solitario antes de retomar el trabajo
Es halagador que otras casas televisivas se fijen en la labor que hemos hecho, dice la conductora.
En estos momentos, Daniela Urrizola alista los últimos detalles para comenzar a grabar este lunes la nueva temporada de «Viajando ando». En el próximo ciclo, que una vez más realizará junto a su marido, César Norambuena, viajaran a distintos lugares de Europa y también irán a China. Previo a la definición del itinerario, la conductora vivió un proceso de negociación con Canal 13, pero finalmente decidió quedarse en Mega.
«Hubo conversaciones y propuestas sobre la mesa, lo cual agradezco, porque es halagador que otras casas televisivas se fijen en el trabajo que hemos hecho. Desde el día uno hemos sido un proyecto independiente, sin exclusividad con ningún canal, así que evaluar opciones es parte natural de nuestro camino como creadores de contenido. Sin embargo, decidir quedarme en Mega me tiene tranquila y habían acuerdos ya adquiridos. Mega ha sido la casa donde Viajando ando creció y se consolidó. Siento un compromiso con el público que nos sigue ahí y también es reafirmar la confianza mutua con el canal».
«Siempre he dicho que lo que hemos logrado es gracias al público, y lo creo de corazón. La lealtad y el cariño de la gente son el motor de Viajando ando», agrega ella.
¿Fue difícil la relación con la administración anterior de Mega?
«Sí, hubo momentos desafiantes. Como en todo proyecto, a veces no todos comparten la misma visión o hay diferencias en la forma de hacer las cosas. Pero prefiero no dramatizarlo. Gracias a esa respuesta de la gente, Viajando ando siguió adelante incluso cuando las condiciones no eran ideales. Hoy miro hacia atrás y valoro incluso esas experiencias porque nos hicieron más resilientes. Y miro el presente: ahora contamos con un equipo y una administración que cree en el proyecto, y eso se nota».
Por primera vez en cuatro años, Daniela Urrizola y su marido pasaron cuatro meses seguidos en Santiago. Cada uno se enfocó en sus proyectos personales antes de volver a estar mucho tiempo juntos. «La verdad, a César lo vi muy poco estos meses. O sea, vivimos juntos, pero lo veía de entrada y salida. Necesitábamos cada uno trabajar en lo suyo, pensando en que a él lo veo 24/7 el resto del año», explica.
«Yo me fui a Viña harto tiempo, estuve mucho con mi familia, pude desarrollar proyectos laborales sola y César incluso viajó solo. Él juega mucho tenis y fue a una escuela de este deporte en República Dominicana. Nos dimos espacios para hacer las cosas que realmente nos gustan y respetándonos mucho, sin problemas. Creo que fue súper sano estar harto rato acá en Santiago e incluso me salió un viaje por trabajo a Alemania y no lo tomé», afirma Urrizola.