La ex figura televisiva y su familia se mueven por la provincia de Córdoba, en Argentina
Se instalaron primero en Villa Carlos Paz, junto al lago San Roque, y luego estuvieron en tres pueblos cercanos. El invierno pasado volvieron a Carlos Paz.
Janis Pope (39) lleva cerca de 12 años radicada en la provincia de Córdoba, Argentina. En un inicio, la recordada figura del reality «Protagonistas de la fama» se fue un par de meses de vacaciones con su pololo -quien hoy es su marido-, el cordobés Diego Dellacasa, pero las ganas de formar una familia y comenzar una vida nueva los sedujo. Hoy tienen dos hijos (de ocho y tres años) y una historia de permanente reinvención.
«Partimos viviendo en Villa Carlos Paz, que es el segundo epicentro turístico de la nación (junto al lago San Roque). Primero es Mar del Plata y luego viene esta ciudad. El verano es como en Viña del Mar, se repleta de gente. Me encantó cuando la conocí. La sentí súper tranquila, bonita y con mucha naturaleza. Mis suegros viven acá y Diego sentía que era el momento de venir a acompañarlos y estar con ellos», cuenta.
Ambos tenían sus vidas armadas en Chile e iniciaron una nueva desde cero. Dellacasa dejó el modelaje y Pope renunció a sus proyectos de televisión. Pusieron una vidriería. Sin embargo, no les fue tan bien como esperaban. La tuvieron dos años y luego la cerraron.
Como ella estaba con la onda vegetariana en ese entonces, tenía ganas de abrir una verdulería. Y en esa búsqueda encontró un fondo de apoyo para una panadería en Carlos Paz. Justo había quedado embarazada y acarrear verduras en ese estado no le convenía, así que se decidió por la panadería.
«La tuvimos cinco años y la terminamos vendiendo. Fue un buen negocio y un súper buen rubro. Me encantó», declara.
¿Cómo han sido estos 12 años?
«Hemos sido súper hippies con Diego. Los dos primeros años los vivimos en Villa Carlos Paz. Después los siguientes dos años nos radicamos en Parque Síquiman, que es una sierra de montaña y está a diez minutos en auto de Carlos Paz. Otros tres años estuvimos en Cabalango, un balneario a 20 minutos de Carlos Paz. También vivimos dos años y medio en San Antonio de Arredondo (a diez minutos en auto) y el invierno del año pasado regresamos a Carlos Paz».
¿Por qué tantos cambios? Las mudanzas son bastante agotadoras.
«Es estresante, pero necesario. La mayoría de los cambios fueron porque se vendían las casas que arrendábamos, salvo la primera. Esa era muy chiquita y tuvo unos problemas estructurales. La segunda, que es la de Siquimán, la vendieron y la de Cabalango también. La de San Antonio, el señor tenía una deuda muy grande y decidió venderla para saldarla. Como es un lugar turístico, siempre hay que cambiarse en invierno. En verano casi no hay casas, están arrendadas por turistas. La época de cambio de casa es junio, julio, agosto».
Respecto a los precios de los alquileres, las localidades interiores cuentan con tickets mucho más asequibles comparándolos con urbes más pobladas.
«Por ejemplo, cuando vivíamos en San Antonio pagábamos $200.000 chilenos por una casa de 300 metros cuadrados. Tenía un parque y una piscina. Eso en Chile no existe», dice.
¿Y ahora?
«Siguen siendo mucho más económicos que en Chile, la diferencia debe ser de entre 30% o 40%. Nosotros vivimos en una casa grande y cómoda. Tiene un patio muy bonito y estamos a una cuadra de la costanera. Tenemos el lago San Roque, que es inmenso. El fin de semana se llena de gente y de niños. Es muy bonito».
¿Cómo es la ciudad?
«Es súper tranquila. Salgo a pasear a mis perros al parque que tengo cerca de casa y pueden ser las 22 o 23 horas y no pasa nada. La tasa de delincuencia es muy baja. Obvio que pasan cosas como en todas partes, pero la calidad de vida es excelente. Al ser una ciudad turística, también está bastante bien resguardada por policías. Cada 200 metros hay una patrulla».
¿Y la calidad de vida?
«La gente hace mucha vida familiar. Una de las cosas que más destaco y por la cual elegimos vivir en esta ciudad es porque queríamos formar familia y que nuestros hijos tuvieran un entorno de vida lo más saludable posible: con aire limpio, cerca de la naturaleza, que sea seguro y con buena educación. Mi hijo mayor va a un colegio de educación alternativa, que es una mezcla entre inclusión, Waldorf y Montessori. Además, también queríamos estar en una localidad donde no se necesiten recorrer grandes distancias para visitar a un amigo o a un familiar».
Janis Pope hace un año se dedica a enseñar balé en un academia de Carlos Paz. Y hace dos años forma parte de la Red de Fundadoras de Chile, donde da charlas online y presenciales de bienestar femenino.