Tres excursionistas han sido encontrados sin vida y otros seis están desaparecidos
Se han registrado temperaturas de más de 40 grados. Niños pequeños en escuelas y de la educación primaria han dejado de ir a clases, por orden del gobierno.
La situación ha sido particularmente trágica en lo que respecta al turismo. Varias personas han fallecido o están desaparecidas, muchos de ellos turistas que salieron a caminar por sendas en las islas griegas, y de los cuales se perdió el rastro.
Este sábado, por ejemplo, se encontró el cuerpo de una persona aún no identificada en la isla de Samos. En esa zona hay un excursionista holandés desaparecido desde hace una semana. En tanto, las autoridades informaron que hay otros seis turistas desaparecidos. «El problema de los turistas desaparecidos no es nuevo. Lo tenemos todos los años. Pero este año parece que más personas se desorientaron durante la ola de calor», dijo la vocera de la policía, Constantina Dimoglidou, al diario «New York Times».
Albert Calibet, de 59 años, es uno de los desaparecidos. Es un policía retirado que tiene la doble nacionalidad francesa y estadounidense. Ocurrió en la isla de Amorgos, en el Egeo. Él había partido a caminar, solo, el martes en la mañana, según dijo Dimoglidou al susodicho diario. Calibet había visitado varias veces la isla, y dominaba las rutas de senderismo. Su caminata, que comentó a sus amigos, sería de 19 kilómetros. Se sospecha que quizá a última hora decidió cambiar y hacerlo por una senda más dificultosa.
«Había recorrido esa ruta muchas veces. Es posible que haya elegido tomar un camino más duro y tal vez haya sobrestimado sus capacidades», dijo Calliope Despotidi, teniente en Amorgos. Su búsqueda fue pronta: helicópteros, drones y barcos se lanzaron a recorrer la isla, sin resultados hasta este domingo.
Precisamente un dron fue el que ubicó al hombre aún no identificado. Yacía en un arroyo. Según las autoridades helénicas, la senda que escogió para su recorrido es «ardua». Sólo portaba una botella con agua.
Misma suerte han corrido dos ciudadanas francesas, de 73 y 64 años, en la isla de Sikinos. De ellas, una tenía el celular apagado y la otra no lo llevaba con ella. Una de las mujeres, sin embargo, alcanzó a enviar un mensaje a las 8:24 de la mañana a su hospedero. Le decía: «Me he caído. No me siento bien».
A otra pareja israelí también se le perdió la pista, y un estadounidense, de 55 años, ha corrido la misma mala suerte en el islote de Mathraki.
Otro cadáver fue hallado en la isla de Symi. Correspondía a Michael Mosly, británico de 67 años, periodista de temas médicos. Su cuerpo fue hallado el 9 de junio junto a unas rocas marinas. Había salido a caminar por «terreno accidentado» cuando hacían 35 grados de calor.
En total, al menos tres turistas han muerto mientras practicaban caminatas.
17 días de calor
Debido a estos calores, las autoridades han ordenado el cierre de las escuelas para niños y la educación primaria. También se ha impulsado el teletrabajo. Por ejemplo, María, cuyo apellido no fue publicado, dijo al diario español «ABC» respecto del cuidado de los hijos en casa: «Como no tenemos a la familia cerca, he tenido que pedir el día libre y mañana lo hará mi marido». También se han limitado los horarios de visita a las ruinas helénicas, como la Acrópolis. Incluso en Atenas se implementó una línea telefónica que da consejos para capear el calor.
Tradicionalmente, en Grecia las olas de calor no se producían hasta bien entrado el mes de julio. Pero, según datos oficiales, desde el año 2007 éstas se han intensificado y prolongado. Por ejemplo, el año pasado, de acuerdo con la «Deutsche Welle», una ola de calor duró de 16 a 17 días, con temperaturas de hasta 45 grados. Es la ola de calor que más ha durado históricamente.