Con toques afrancesados, data de la época dorada de la Ciudad Jardín
Fue construida en 1943 y los hijos de los dueños la pusieron en venta por 38.499 UF.
Las imágenes de esta página muestran una elegante mansión de estilo francés del sector de Cerro Castillo en Viña del Mar. Sus dueños la construyeron en 1943 -época dorada de la Ciudad Jardín- y durante décadas habitaron en ella. Una vez que fallecieron, hace un par de años, sus herederos acordaron ponerla en venta.
La casa es parte de la cartera de propiedades que maneja el sueco Joakim Millestam, gerente de ventas de la corredora Eklöv Gestión Inmobiliaria, quien cuenta sus atributos: la superficie construida es de 361 metros cuadrados, se emplaza en un terreno de 800 metros cuadrados y su precio es 38.499 UF (poco más de $1.500.000.000).
«Su estructura principal es de albañilería de ladrillos reforzada. También cuenta con una estructura de madera en la techumbre», detalla.

Además, tiene un baño para visitas, una bodega, tres dormitorios (dos de servicio) y un baño de servicio. El segundo piso tiene cinco dormitorios y dos baños. Mientras que el tercer nivel cuenta con cuatro dormitorios y dos baños.
También tiene un área destinada a garaje abierto con 27 metros cuadrados (con capacidad para dos vehículos).
«Esta propiedad es un verdadero ícono de elegancia y sofisticación. Dada su ubicación estratégica (está en la cima del cerro), permite vistas espectaculares al mar. Sus propietarios potenciaron bastante las vistas. La gracia es que no hay ninguna edificación de frente, por lo que mantiene su privacidad. El hecho de contar con ventanales grandes permite el ingreso de mucha luz natural. Además, estéticamente queda súper bonito», afirma.
Aunque tiene una antigüedad considerable, el inmueble cuenta con remozamientos en las terminaciones de fachadas, ventanas y cubierta.
«Esas obras fueron ejecutadas hace dos años. La cocina no está remodelada y los dormitorios tampoco. La renovación solo implicó algunas áreas exteriores. Pero está todo en perfectas condiciones».
¿Se le hizo algún trabajo al piso?
«Es de madera natural. Se le hizo un tratamiento de barniz y también a la escalera. Es muy bonito. Se nota que es un piso de los años 40: está súper bien cuidado».
Otro detalle es que cuenta con tres chimeneas.
«Una se sitúa en el living, otra en el comedor y una tercera en el sector de escritorio/oficina. Las chimeneas le dan ese toque francés. Lo mismo que los cierres de los ventanales».
Entiendo que está en venta desde septiembre del año pasado?
«Sé que otros corredores han tenido esta casa por mucho más tiempo. Ellos iniciaron la venta en 45.000 UF. Cuando inicié el proceso con los propietarios, les hice acercarse a un precio mucho más realista, que es 38.500».
¿Por qué cree que ha demorado la venta?
«Porque el público es bien limitado. Ahora las familias son menos numerosas que antes. Entonces, se dificulta llegar a este segmento tan específico. Por eso trato de acercarme a perfiles más vinculados al mundo hotelero. El Certificado de Informaciones Previas (CIP, que define las normas urbanísticas a las que se somete la construcción) permite que sea vendida con este fin».
¿Y qué le dicen los interesados?
«La mayoría ha sido inversionistas extranjeros. Solo un chileno se acercó a nosotros. Pero no se ha concretado nada. En el segundo caso, nos dijo que no era lo que buscaba. La mayoría de los potenciales compradores han sido perfiles con fines residenciales».
Arquitectura historicista
El arquitecto y magíster en Historia Gonzalo Abarca, académico de la Universidad de Valparaíso, cuenta que en el periodo en que se construyó esta mansión Viña del Mar era una ciudad exclusivamente de vivienda unifamiliar y que compartía una parte de su territorio con áreas industriales, sobre todo en la zona del borde costero. De hecho, a los pies del cerro Castillo funcionó hasta 1930 la maestranza de Lever, Murphy y Co.
«En esa época hay mucha edificación de buen nivel. Hacia 1940 tenemos una madurez arquitectónica un poco atrasada en el estilo. Este tipo de casas de estilo historicista ya se estaban empezando a dejar de construir, ya que venía asomando el movimiento moderno. Pero son las que primero ocupan la ciudad. Hacia la década del 20 empiezan a aparecer grandes edificaciones unifamiliares; entre ellas, el Palacio Ross (Club Árabe), que es 1921; el Castillo San Jorge, de 1912, y el Castillo Brunet, de 1923», enfatiza.
Este pujante desarrollo de grandes casas y mansiones se debe a la migración de familias adineradas que vivían en Valparaíso.
«En Valparaíso hay una pujante actividad económica ligada al comercio, al puerto y a la industria. Viña del Mar en ese tiempo era una especie de prolongación del puerto. La mayoría de las familias que se trasladaron a Viña estaban vinculadas al salitre o al comercio».
¿Qué define a esta propiedad como de estilo francés?
«Su mansarda. El término mansarda se originó en Francia y se popularizó gracias al arquitecto francés François Mansart. Se trató de una solución que resolvía un problema económico y legal, dado que había unas condiciones de pago de impuestos en el París de aquellos tiempos. Si se hacían tres pisos, pagaban más impuestos. Pero si el techo era habitado, pagaba menos».