Fiscal describe el camino de los contrabandistas a 4.549 metros sobre el nivel del mar
Uno puede ver con claridad cuáles son los sectores donde hacen las transacciones de droga, dice Juan Castro Bekios.
La frontera en la macrozona norte es extensa. Con Perú mide 169 kilómetros, mientras que con Bolivia la extensión es de 942 kilómetros. Allí existe una zona -la más ancha del país- que tiene características que los contrabandistas intentan aprovechar: la Región de Antofagasta, que comparte 250 kilómetros con Argentina y 150 kilómetros con Bolivia.
A 47 kilómetros de la plaza central de San Pedro de Atacama se encuentra el paso fronterizo Hito Cajón, lugar donde Juan Castro Bekios, fiscal regional de Antofagasta, inició un recorrido junto a Carabineros por la frontera que separa a Chile de Bolivia, a 4.549 metros sobre el nivel del mar.
«La única ciudad grande que hay en esta región es Calama, que está en el medio de la parte más ancha de Chile. De allí hacia arriba solo tenemos San Pedro de Atacama y el resto son poblados con comunidades muy pequeñas hacia el interior de la región. Eso permite y facilita el tránsito de personas y de vehículos, evidentemente con fines de contrabando o tráfico de armas. Por eso es importante conocer la zona y detectar los puntos más vulnerables», describe el fiscal.
Era el mediodía del jueves pasado cuando Castro se desvió unos kilómetros al noreste, en dirección al volcán Licancabur, para explorar la inhóspita huella de un paso clandestino. Desde el lugar, relata, él y su equipo podían ver las lagunas verde y blanca bolivianas.
¿Cómo es ese paso clandestino, fiscal?
«Es un sector bastante plano, donde la superficie es tierra y no arena, lo que permite un tránsito constante de vehículos. Esa característica, de hecho, ha generado una especie de huella natural que hace fácil distinguir el paso no habilitado. Si uno se para en un lugar más alto puede distinguir esa huella o camino».
¿Había algo en la huella?
«Otra característica es que en el sector hay formaciones rocosas en las que uno puede ver con claridad cuáles son los sectores donde hacen las transacciones de droga. Son como pequeños campamentos que se hacen transitoriamente para descansar o realizar los contrabandos».
¿Es notorio?
«Absolutamente notorio. Son zonas en que las personas esperan a los denominados truqueros que reciben los vehículos robados. En el lugar hay botellas y no solo de agua, sino que de cerveza. Da la impresión que hacen ciertas celebraciones cuando llegan al lugar fronterizo. Ellos le dicen coronar, por ejemplo, cuando sacan un auto robado».
¿Es una ruta transitable?
«La verdad es que es una ruta que permite huir a alta velocidad porque no es terreno arenoso, es duro. Eso ha pasado, no es la primera vez que recorro estos lugares. El año pasado fui por un camino cercano a los Geyser del Tatio, por allí hay bastante contrabando».
¿Le ha servido conocer la zona, fiscal?
«El año pasado incautamos 20 toneladas de droga, fundamentalmente en el sector fronteras. Este año llevamos once toneladas, a mayo. El 70% de la droga que se introduce en la región enra por estos sectores. Por eso es importante tener un conocimiento más preciso de cuáles son las rutas utilizadas para el contrabando. También hemos visto armamento y municiones. Hace poco incautamos calibre .56 que es de fusil de guerra».