Especialistas explican cómo se realiza este proceso
El trabajo requiere computadores muy potentes, trabajando a toda máquina, durante largos periodos de tiempo.
Parecen monedas invisibles, pero son mucho más que eso. Detrás de las criptomonedas hay millones de cálculos, altos costos de electricidad y un sistema que fascina tanto como preocupa.
Es tanto el gasto que hay detrás de ellas, que un profesor perdió su empleo acusado de usar los recursos del colegio donde trabajaba, en Temuco, para minar criptomonedas.
Según la acusación, usó al menos cuarenta equipos, día y noche, durante un largo periodo, para lograr su cometido. Fue descubierto en octubre y despedido poco después.
De qué se trata
¿Qué son exactamente las criptomonedas? Son activos digitales, que no se imprimen ni se guardan en un banco, sino que viven en internet y se pueden usar para comprar, vender o invertir. «Permiten transferir valor por internet de forma segura y directa, sin la intervención de bancos u otros intermediarios tradicionales», explica Rodrigo Durán Guzmán, director de comunicaciones del exchange CryptoMKT, una plataforma en línea donde las personas pueden comprar, vender o intercambiar criptomonedas.
Algunas, como Bitcoin, se obtienen resolviendo problemas matemáticos con computadores muy potentes. Quienes logran resolver estos problemas reciben criptomonedas como premio. Este proceso se llama «minería» o «minado».
Según Claudio Álvarez, académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad de los Andes, es fácil entender la medida que tomó el colegio temuquense: «El profesor no pagaría ni por la electricidad ni por el equipamiento» que usaba.
Si bien los computadores escolares no son necesariamente muy potentes, si se usan muchos al mismo tiempo, pueden generar pequeñas ganancias. «Esto equivale a robar recursos a otros: electricidad, infraestructura, conectividad y rendimiento de las máquinas», añade Álvarez.
¿Cómo se mina?
«La carrera entre los mineros se puede entender como una competencia en la que cada uno intenta resolver un acertijo matemático extremadamente difícil, y el primero que lo resuelve gana el derecho de agregar su bloque de transacciones a la cadena», explica Álvarez. Esto es lo que se conoce como «prueba de trabajo», y asegura que nadie pueda hacer trampa en la red.
Pero este esfuerzo tiene un precio: mucha electricidad. «Cada máquina intenta, millones de veces por segundo, encontrar una combinación específica que cumpla con las reglas del sistema», detalla el académico. Por eso se necesitan equipos muy especializados, llamados ASICs, y lugares con buena ventilación (porque se recalientan mucho) y energía barata.
«Hoy la minería se ha convertido en una actividad altamente profesionalizada y competitiva a nivel global», dice Durán. Ya no basta con un computador cualquiera: se requiere una inversión considerable en hardware, energía constante y conocimientos técnicos.
Pero también hay versiones piratas que, además de minar, pueden robar datos o controlar el computador desde lejos. Eso es probablemente lo que ocurrió en el caso del profesor. «No sólo es poco ético, sino que puede tener consecuencias legales y técnicas graves», subraya Durán.
¿Se puede saber si un computador está minando sin permiso?
Sí. «Uno de los indicios más comunes es un uso inusualmente alto del procesador, incluso cuando no se están ejecutando programas exigentes», explica Álvarez. También se calientan más, los ventiladores suenan todo el tiempo y el computador se vuelve lento. En una red escolar, eso puede afectar a todos: desde el rendimiento de clases online hasta el funcionamiento de los servidores.
Durán finaliza: «La minería ya no es una opción viable ni segura para usuarios comunes o principiantes».