La ex miss Universo Chile se especializa como corredora de propiedades de lujo en Florida
Aprendió a hacer recepciones especiales para ofrecer una propiedad. Es vender una experiencia, no simplemente solucionar lanecesidad de una casa, dice.
Celeste Viel, modelo y miss Universo Chile 2023, se está preparando para dar el examen y obtener su licencia de agente inmobiliaria en Miami, Estados Unidos. Quiere dedicarse exclusivamente al segmento de compraventa de viviendas de lujo.«El tema de las propiedades está en mi ADN. Mi abuelo en Chile vendía propiedades y mi papá (el agente inmobiliario y animador de TV Felipe Viel) siempre ha estado muy involucrado en el tema, así que desde chica aprendí de esto. Con mi papá mirábamos casas, él me preguntaba cuánto creía que costaban y después las buscábamos en el mercado», relata.
Por cerca de cuatro años trabajó con Dora Puig, una reconocida corredora de propiedades de lujo y dueña de la empresa Luxe Living Realty, quien les vendió una casa en Miami a David y Victoria Beckham avaluada en US$80.000.000. Y también vendió un penthouse de Oprah Winfrey en 2020 en US$20.000.000.
Con Puig, Viel estuvo a cargo de los open house, eventos privados que se arman para mostrar las propiedades a agentes y posibles compradores en un ambiente distendido.
«Me encargaba de recibir a los clientes, organizar toda la casa para que quedara impecable, hacerles el tour y contarles un poco de la propiedad. Ahí empecé a tener mucha experiencia con clientes de lujo y me encantó. Mostramos una casa de Oprah, la ayudamos a vender su penthouse en una isla de Miami, fue todo muy cool. Empecé con Dora como práctica porque quería aprender, quería estar en un entorno de gente profesional. Hasta aprender a servir champaña me sirvió, todo suma».
¿Cómo se preparan esos eventos?
«Llegaba antes y prendía todas las luces, encendía velas, ponía música y organizaba la comida para los invitados. Había champagne y sushi o teníamos un picoteo de quesos, a veces teníamos carrito con helados. Me tocó hacer galletas en el horno porque ese olor te alegra la vida, automáticamente genera sensación de hogar. Había que venderles la experiencia a los invitados, que estuvieran cómodos para que se quedaran con la casa. Hay muchas casas o penthouses que en las noches tienen una muy linda vista que hay que mostrar. En esas propiedades se hacen fiestas de noche simplemente para vender ese aspecto de la casa».
¿Tenían algún resguardo especial?
«Por ejemplo, en casas con alfombras muy especiales, traídas de Italia u otros países, teníamos que ponernos todos, incluso los clientes, unos botines para poder caminar por el dormitorio y así no ensuciarla».
¿Atendió a personas relevantes?
«Mi jefa era la que se encargaba de los clientes más top, pero igualmente llegaban a los open house personas que uno no reconoce, de bajo perfil, pero que eran importantes. Cuando se iban te decían: Mira, ese era el inventor de Uber o el que empezó la cadena de hoteles Four Seasons. Y tú dices: My god, con razón está viendo esta casa».
¿Qué le gustó del mundo del lujo?
«Que es vender una experiencia, no simplemente solucionar la necesidad de una casa. Además de la propiedad, por ejemplo, ofrecemos un spa con la última tecnología, cosas que a uno nunca se le ocurriría tener en una casa, pero hay clientes que buscan justo eso. En una isla privada acá en Miami, que es súper exclusiva, debes tener millones de permisos para vivir ahí porque valoran su privacidad y no quieren que nadie de afuera los moleste. Una vez me preguntaron a cuánto llegaba el nivel del mar en la propiedad porque querían traer sus yates. Cosas así, como el extra de lujo, me encantan».
