Valentina Toro sufrió corte de tres centímetros sobre su ojo izquierdo en torneo de Kuala Lumpur
Como pudieron, me cerraron con unos parches, que al final me tuvieron que cambiar como tres o cuatro veces, porque sangraba mucho, explicó la campeona panamericana, mientras hacía escala en Estambul.
Valentina Toro caminaba con sus maletas por el aeropuerto de Estambul cuando eran las cinco de la tarde de este lunes en Turquía. Venía de Kuala Lumpur, Malasia, donde ganó con holgura un torneo Serie A de karate, y tenía que esperar tres horas más para tomar el avión hacia Santiago, en un viaje de diecinueve horas. El problemas es que, además del cansancio, también tenía que lidiar con una profunda herida en el ojo izquierdo que sufrió durante el combate contra la australiana Sophia Du, el fin de semana.
¿Qué le pasó, Valentina?
«Tuve un cruce, un choque, me metí por abajo y ella por arriba, y chocamos. Nos pedimos disculpas. Incluso no habíamos cachado que había sido tan fuerte, pero empecé a sangrar al tiro y la cara de la niña cambió como de seria a muy preocupada en un segundo. Y yo puse una cara de chata, porque ya es segunda vez que me pasa. Tuve mucho miedo porque quizás no me dejaban seguir compitiendo al tener el traje manchado. Al curarme, el médico dijo que el corte era muy profundo y que necesitaría sutura. Ahí tuvieron que hacer reunión con los árbitros para ver si podía seguir compitiendo. Yo decía todo el rato que sí, que sí, que sí, porque recién era la segunda pelea y llevaba veinte segundos peleando. Como pudieron, me cerraron con unos parches, que al final me tuvieron que cambiar como tres o cuatro veces, porque sangraba mucho».
¿Y después?
«Después, al final, me tuve que quedar para que me suturaran ahí mismo. Me pusieron tres puntos, con anestesia local, y me vacunaron contra el tétano y otra cosa más, por las infecciones. El doctor dijo que estuve seis horas con la herida abierta sangrando, con sudor y golpes. Entonces había riesgo de infección, porque además el golpe fue contra un diente de la contrincante».
¿Contra un diente?
«Lo que pasó fue, porque después hablé con la chica australiana, que ella tenía su protector bucal puesto, pero el golpe fue tan fuerte que su diente hizo un hoyo y traspasó el bucal y me clavó la paleta. De hecho, ella perdió un pedacito de diente. Lo tenía con sangre y un poco suelto».
¿Y usted pudo seguir combatiendo?
«Sí, seguí peleando con la herida. Me pusieron un parche provisorio, pero me lo tuvieron que cambiar durante todos los combates, como tres veces, porque como no tenía suturada la herida aún, sangraba y sangraba. Y sentía la ceja súper caliente».
¿Ahora le duele?
«Me duele cuando gesticulo mucho y muevo la ceja al hablar. Me pica, más que nada».
¿Y cómo quedó con Sophia?
«Conversamos harto rato. Todo muy en buena onda de parte de las dos. Ella me cayó bien. Intercambiamos chaquetas y ahora la tengo en el WhatsApp».
¿Segunda vez que le pasa?
«Sí, la primera vez me pasó en el 2023, en Irlanda, pero en el cuero cabelludo. En esa oportunidad no me suturaron. Me curaron con una gotita y quedé lista. La herida fue pequeña, como de un centímetro, aunque profunda. Ahora fue un poquito más grave, con una herida de unos tres centímetros, pero sentí que sangré menos que la vez pasada».